Catalina Mejía tiene 22 años y vive en el cantón Chujupen, en Chichicastenango, Quiché. Como muchas jóvenes de su comunidad, enfrentaba limitadas oportunidades para acceder a un empleo formal. Sin embargo, en el año 2022, su vida dio un giro positivo al integrarse a la Asociación ADEMVE, donde conoció el programa de formación técnica impulsado por FUNDAP Artesanía.
Catalina participó en varios procesos de capacitación enfocados en habilidades productivas, especialmente en áreas relacionadas con la tradición textil y la innovación creativa. Recibió formación en diseño gráfico, tejido tipo mezclilla y tejido con trama cruzada en telar de pie. Estos conocimientos no solo ampliaron su visión sobre las posibilidades del trabajo artesanal, sino que también fortalecieron su confianza personal y su deseo de contribuir al bienestar familiar.
Al poco tiempo de culminar su formación, Catalina comenzó a trabajar medio tiempo dentro de la Asociación ADEMVE, dedicándose a la elaboración de telas finas. Su trabajo forma parte de la cadena de producción artesanal que da respuesta a los pedidos de clientes, que valoran la calidad y la autenticidad de los tejidos tradicionales. Gracias a esta labor, Catalina genera ingresos quincenales que utiliza para cubrir necesidades básicas y apoyar en su hogar.
Para ella, este ingreso representa mucho más que un alivio económico: simboliza independencia, empoderamiento y dignidad. “Me siento feliz porque, aunque soy joven, puedo aportar a mi familia”, afirma con orgullo.
La historia de Catalina refleja cómo, a través del acceso a formación técnica, acompañamiento cercano y oportunidades laborales reales, es posible generar cambios significativos en la vida de jóvenes mujeres que, como ella, desean superarse. FUNDAP, a través de sus programas, continúa apostando por abrir caminos sostenibles de desarrollo económico, especialmente en comunidades rurales, donde el talento y la determinación esperan solo una oportunidad para florecer.
