Cipriano es un agricultor y silvicultor del paraje Bella Linda, aldea Choquí, donde la tierra es poco productiva y sufre sequías debido a la deforestación y el cambio climático. Tras sufrir muchas pérdidas en sus cosechas y en busca de soluciones, decidió formarse como Promotor Agroforestal y Ambiental, un diplomado que realizaba en Paxmaramac, caminando 6 kilómetros para llegar.
Con esta formación aprendió a proteger los bosques de su comunidad, sobre el cultivo de tomate, frutales y hortalizas, además de saber combatir las plagas y enfermedades, usando productos orgánicos y no contaminantes.
FUNDAP lo apoyó a través de la elaboración de planes de manejo forestal ingresados al Programa de Incentivos Forestales PINPEP, un paso clave para su dedicación actual cuidando de bosques, y ayudando a evitar la tala de árboles. Con el dinero obtenido de los incentivos construyó un invernadero para tomates, aprovechando al máximo sus recursos disponibles y generando empleo en su comunidad, empezando por su familia. Sin duda, la historia de Cipriano nos muestra que la capacitación y el buen uso de los incentivos forestales pueden ser el primer paso hacia un futuro provechoso.
